En búsqueda de un individualismo comunitario

Eduardo Enríquez Esparza Oteo
4 min readApr 22, 2021

Antes que nada, me gustaría aclarar contundentemente que la izquierda política suele tener toda la razón cuando señala que la versión popular de la perspectiva individual para la resolución de los problemas políticos y económicos por lo general es ineficiente e inefectiva para resolver problemas macro o permitir que se produzcan transformaciones sociales significativas.

Igualmente, quienes se aproximan desde una crítica de izquierda tienen la razón en que muchas de las personas que sostienen una visión poco sofisticada de la perspectiva individual, lo hacen producto principalmente de un espíritu conservador y un absoluto (o casi absoluto) desinterés por que la sociedad realmente cambie de forma significativa. Si no en ideal, cuando menos en práctica. Esto probablemente se deba a que la perspectiva individual popular los ha llevado a adaptarse al estatus quo, cuestión que personalmente creo que tiene más que ver con un tema de temperamento y formación educativa que con un tema de grupos demográficos o clases sociales (evidenciado por la existencia histórica innegable de grupos de apoyo a la derecha entre las clases desprivilegiadas y del sexo femenino, por dar ejemplos), aunque sería interesante estudiarlo a detalle.

Por último, la izquierda también tiene la razón en que en las sociedades capitalistas actuales la perspectiva individual parece haber perdido el valor liberal, moral y humanista que tuvo en el pasado y ha pasado a convertirse en una clase de emblema para los gurús del éxito, así como en la justificación ideológica de los juniors y demás personajes con ‘mentalidad de tiburón’.

Ahora, en lo que me parece que no tienen la razón, es en descuidar o dejar de lado el rol positivo que puede jugar la perspectiva individual cuando no es una caricatura. Me he dado cuenta que el tipo de individualismo que yo apoyo es, por paradójico que suene, un individualismo comunitario. Este tipo de individualismo se podría definir por tres ejes:

  1. Responsabilidad. Existe un motivo por el que el individualismo comunitario puede ser descrito con este último adjetivo, mismo que trataré de explicar a continuación. Cuando uno habla de una perspectiva individual para el mejoramiento social, el énfasis suele ser en potencial y en responsabilidad. El individuo tiene un potencial que puede o no alcanzar. Evidentemente la sociedad juega un rol crucial en ese proceso pero sin una responsabilización del individuo para disponerse a reconocer sus sesgos, defectos y proclividades indeseables, el proceso se complica hasta tornarse imposible. Nada de esto, sin embargo, indica que ese potencial y esa responsabilidad individuales deban de conducirse hacia el hedonismo, la dominación o el triunfo económico sobre los demás. Por lo tanto es pertinente decir ¿Individualismo para qué? La respuesta del individualismo comunitario es: individualismo para que cada persona sea capaz de asumir su responsabilidad y alcanzar su potencial para ser una fuerza positiva para si mismo, después su núcleo cercano, después su comunidad y después la sociedad en la que se encuentra inserto, insistiendo en la alineación y la congruencia que puede y debe de existir entre cada uno de los niveles: lo que es malo para mi comunidad es malo para mí, para que algo sea bueno para mí en el largo plazo debe ser congruente con lo que es bueno para mi comunidad.
  2. Tolerancia. La importancia de la tolerancia dentro del individualismo comunitario se debe al reconocimiento de que el individuo es el centro de cognición, dolor, valoración moral y responsabilidad por excelencia en el ámbito humano. La responsabilidad de instituciones puede tener sentido en el ámbito legal, pero en última instancia un análisis profundo debe de hacerla recaer moralmente en los individuos que la componen. Por su parte, la responsabilidad grupal es una imposibilidad de tintes totalitarios y simplificantes cuyo resultado predecible es la discriminación y la intolerancia. Por tanto, el individualismo comunitario cree que la defensa de la libertad individual y la primacía de la responsabilidad individualizada no es solo un bien para los individuos sino, en el largo plazo, para una sociedad que tenga interés en no devenir en actitudes intolerantes.
  3. Visión. El individualismo comunitario no se limita a instar a las personas a que mejoren su vida y dejen de perseguir transformaciones o mejoras sociales a nivel social macro. Más bien, invita a las personas a reconocer que un énfasis en el constante mejoramiento y responsabilidad individual (en el ámbito moral, psicológico, social, etc.) es un paso ineludible al momento de permitirle al individuo incidir de forma positiva en su comunidad. Por lo tanto, el individualismo comunitario debe de enfatizar su rechazo a posturas que desde el poder político o educativo busquen sostener que la inconformidad social es un valor por si mismo que se debe inculcar a las personas, o que la crítica irreflexiva, violenta, intolerante, irresponsable y/o sin contextualización sea la mejor solución disponible a cualquier problema. Por el contrario, debe sostener que el proceso de desarrollo y avance común se da por medio de la utilización de plataformas sociales y políticas para la promoción de la responsabilidad, el crecimiento y la reflexión personal de forma que los individuos estén en condiciones propicias para contribuir positivamente a su comunidad, en plena libertad y responsabilidad de criticar el sistema constructivamente si es necesario.

No hay que caer en el error de rechazar nociones sofisticadas solo porque sus versiones simplificadas caen en equivocaciones y falacias. El individualismo no es egoismo, sino el producto de un despertar intelectual al que se ha llamado Ilustración y cuyo valor fundamental se debe de entender y medir a través de las condiciones que promovieron y permitieron las declaraciones de derechos humanos y la democracia representativa moderna.

Reconozcamos, aquellos que ya tenemos una inclinación natural o informada hacia el individualismo, que no todo lo que lleva ese nombre es igual de defendible o igual de deseable como modelo para la construcción de una mejor sociedad.

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Eduardo Enríquez Esparza Oteo

Politólogo mexicano con estudios en filosofía y evolución. Intereses: filosofía, transdisciplina y política por un lado; música, cine y lectura por el otro.